No hay razones para aspirar a la elegancia y sentirse deslumbrado por prendas que no son acordes a mi. Hoy después de mucho puedo decir que ya no me interesa ese mundo frívolo donde todos son según lo que ves.
Aprendí que la gente no es mejor ni peor por lo que tiene puesto, me di cuenta que no se puede juzgar así, salir de la superficialidad es difícil por que es lo que nos rodea pero eso no me tiene que superar a mi.
Estoy en búsqueda de cosas más internas y profundas, buscar un equilibrio, buscar la luz y armonía.
No quiero hacer cosas porque si o para parecerme a alguien, quiero hacerlas para sentirme bien yo y no compararme.
No quiero seguir juzgando frívola e injustamente exigiendo demasiado.
No quiero dejarme llevar por cosas que no son buenas y que no me hacen bien tampoco.
Quiero enfocarme en lo bueno, en el amor, en la felicidad, la amistad y la salud.
Ya es hora.
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