14 de julio de 2011

Están los que usan siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos.
Los que hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo.
Los que creen en supersticiones.

Y están los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se termina el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece estar perdido.
Como si fuera la ultima vez.
Convencidos de que la vida misma es un desafió.

Sufren.
Pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa.
El sudor se seca.
El cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá:
'La saturación de haberlo logrado'
En sus cuerpos hay la misma cantidad de músculos.
En sus venas hay la misma cantidad de sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar una cima.
Una cima que no se llega superando a los demás,
sino superándose a uno mismo.

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